AC: En mi salsa

Hoy traigo mi reflexión pensando en lo cercanas que están las elecciones a la presidencia del gobierno de España, que se dice pronto. Y pensando en ello me he encontrado con una fábula que se podría comparar con las elecciones generales y teniendo en cuenta también situaciones como la que están ahora pasando los griegos:

"Reunió el cocinero en la cocina a todos los animales: la vaca, el ternero, la gallina, la perdiz, los pescados e incluso el buey. Y una vez estaban todos delante, el cocinero dijo:
- He pensado, que esta vez voy a dejarles decidir con que salsa quieren ser cocinados, para variar -
Un silencio absoluto se formó entre los animales, aterrados. El cocinero insistió:
- ¡Venga, hablen! ¿Con que salsa quieren ser cocinados? -
Finalmente, una gallina se asomo, tímida.
- No queremos ser cocinados...
- ¡Ah, no! Eso sí que no. Que van a ser cocinados no es discutible ¡Yo les dejo decidir con qué salsa quieren ser cocinados, nada más! -"

Ahora cambia a esos animales por humanos, los humanos, todos; A ese cocinero por las personas que dominan el mundo: economistas y empresarios; Y la salsa no son otros si no los partidos políticos. Nosotros podemos elegir como queremos ser cocinados, pero no dejar de serlo.

Si alguien duda de que sean los economistas los que pueden cocinarnos que piensen en la situación actual del mundo y que piensen en quien lo ha causado, y que piensen en quien está siendo cocinado. Pero esto no va a cambiar, o al menos eso intentan los que manejan las cosas. Porque si alguien se queja, será como gritar a una pared, tú habrás gritado, pero nadie hará nada más. Y si algún gobierno hace algo, será colapsado, boicoteado y destrozado. Y para rematar han conseguido darnos una mentalidad avariciosa, pues la meta de mucha gente es ser rico con la lotería o algo así. A veces decimos "El dinero no da la felicidad, pero yo prefiero llorar en un Ferrari"  y eso no es cierto, nadie prefiere llorar sea donde sea. Ninguno de nosotros llegará jamás a ser el hombre más rico del mundo, y lo más seguro es que ni siquiera llegue a rico, que sea uno más del montón. Si todos cambiásemos esa mentalidad, nadie sería nunca más del montón, todos serían humanos, nadie más que nadie.

Creo que debo cambiar mi actitud, no pensar en conseguir mucho dinero como meta en la vida, enseñar a los que me rodean esta misma mentalidad y conformarme felizmente con vivir de forma humilde si así no me condeno a ser del montón o provocar que alguien lo sea. Nadie quiere llorar en un Ferrari, aunque no lo sepa.

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