Mi trabajo

Todo el mundo cree tener un trabajo digno. Y todo el mundo cree a su profesión superior a alguna otra.

Yo he ido a la escuela pública, he ido a un instituto con escaso presupuesto y reputación de fácil, he estudiado asignaturas de letras, no me he apuntado a demasiadas actividades extra-escolares y, para colmo, me he metido a estudiar periodismo. Como castigo, toda mi vida he oído, de refilón y cuando creían que no escuchaba o que no estaba en esas opciones, el desprecio y a veces la queja a lo que yo he elegido. Pero, aún más, he oído a los que iban a mi clase menospreciar a otros que consideraban menos importantes. He vivido en un mundo complicado:

El físico se ríe del matemático. El matemático se ríe del ingeniero. El ingeniero se ríe del médico. El médico se ríe del abogado. El abogado se ríe del filólogo. El filólogo se ríe del periodista. Y todos se ríen de los artistas.

Mi orden es inventado y seguro que me he equivocado en un par de cosas. Es normal, voy a ser periodista, no se me pueden pedir listas, ni datos fiables y quizás debería incluso soltar un par de faltas ortográficas. Pero tú sabes qué quiero decir.

Todos queremos pensar que nuestro trabajo es difícil, no es regalado, es digno y se puede estar orgulloso de serlo. Nadie quiere oír expresiones como: "letrasados" o "perroflautas de artes" porque todos queremos creer que valemos la pena. Y debido a nuestro miedo a ser criticados, desarrollamos cierto instinto defensivo que acaba por convertirse en crítica hacia a aquel que pensamos que trabaja menos, que vale menos. Con alguien inferior a todo el mundo se le sube la moral, todos se sienten mejor siendo el mejor. Porque en nuestro interior todos tendemos a pensar que somos la persona más interesante que conocemos. Como si fuéramos la única que puede hacer las reflexiones que hacemos, la única que sabe lo que son los problemas, la única que de verdad conocemos, la única real.

Cuando empecé la carrera nos dijeron "sois los mejores, no dejéis que os digan lo contrario por estudiar lo que estudiáis". A parte de que es claramente algo dicho a la ligera, es algo con lo que no estoy de acuerdo. Yo no quiero ser el mejor.

Yo no quiero ser mejor que un médico, ni que un estudiante de artes, ni que un basurero (que siempre se usan como saco de boxeo a la hora de amenazar con acabar en malos trabajos). Yo no quiero ser ni siquiera el mejor periodista, ni el mejor escritor, ni el que más dinero gane, ni el que más fama tenga. A todo lo que puedo aspirar es a ser el mejor Isidro. Más allá de eso, solo hay sombras. Yo quiero ser un hombre honrado con un trabajo digno, sea cual sea, y creo que tú no quieres nada más. Y para tener honor y dignidad hace falta respeto, no quiero mucho más.