Sueños de grandeza
A día de hoy, nadie, excepto tu madre, espera que tu hagas algo más que "comer y callar", pero es que tú mismo tampoco.
Ya dije en otra entrada que nuestras vidas están programadas para quedar en una inevitable "mediocridad". Pero no refiriéndome a llegar a ser "ricos" o "gente importante" sino simplemente a ser uno más, que no piense más que los demás y que no reflexione demasiado. Hoy quiero hablar de nuestra indiferencia ante esto, nuestra aceptación más que resignación y cómo nos pudrimos como si la vida no fuera todo lo que tenemos.
De niños, la mayoría soñamos con ser el centro del mundo, con ser gente importante, con hacer algo para la posteridad. Ser presidentes, héroes de guerra, una persona a la que todos hagan caso, cualquier cosa. Conforme crecemos, nuestra orientación se específica, queremos ser estrellas de la música, actores, deportistas de élite, presidentes, héroes de guerra, una persona a la que todos hagan caso. Y creciendo más y más, nuestras miras se quedan en límites realistas pero cómodos: abogados, empresarios, políticos, médicos. Y ya no es lo que realmente queremos pero "Así es la vida" nos decimos a nosotros mismos. Y cuando la vida nos destina como mileuristas, basureros, dependientes, trabajos comunes con algún que otro ascenso, pensamos que "Así es la vida, injusta". Y pensamos que ojalá fuéramos el presidente, empresario o famoso adinerado que sale por la tele mientras lo vemos. Ya hemos olvidado que nosotros queríamos ser héroes, estrellas, o gente a la que hagan caso, porque todos sentimos que si nos hicieran caso a nosotros mismos muchas cosas irían mejor.
Pero la vida nos deja ahí, y nosotros simplemente cogemos lo que nos dan y damos lo que nos piden, aunque a veces ni eso. Y eso es todo, engordamos, nos quedamos calvos, criamos a unos hijos con la esperanza de que ellos puedan hacerlo mejor de lo que nosotros lo hicimos, pero en el fondo sabemos que esto no será posible.
Porque creemos que el triunfo viene con el dinero, y que el dinero trae las cosas, que traen la felicidad y por qué no, los amigos. Pero en nuestro interior, solo somos gente que quiere que le hagan caso, que tiene algo que decir o hacer sobre algo, pero a la que el mundo ha obviado. Queremos un amigo como esos de las películas que te acompañan hasta el final de tu vida, y aún mejor, queremos ser un amigo así para alguien, aunque solo sea una persona. Hemos olvidado que las cosas son cosas, que la ropa y los collares son solo cosas que se ponen para cubrirnos del frío y enseñar los colores que más nos gusten, que la comida es solo para alimentarnos, que nuestro origen animal nos exige no solo deporte si no también aventura y lucha y que los defectos de nuestros amigos son solo defectos y que no nos importan tanto. Y como lo hemos olvidado, insultamos a nuestros propios amigos, no nos movemos del hipnótico televisor y comemos y nos vestimos como si intentáramos demostrar algo con eso.
Y todo eso para nada. Simplemente vivir sin ser conscientes de que vamos a morir.
Ya dije en otra entrada que nuestras vidas están programadas para quedar en una inevitable "mediocridad". Pero no refiriéndome a llegar a ser "ricos" o "gente importante" sino simplemente a ser uno más, que no piense más que los demás y que no reflexione demasiado. Hoy quiero hablar de nuestra indiferencia ante esto, nuestra aceptación más que resignación y cómo nos pudrimos como si la vida no fuera todo lo que tenemos.
De niños, la mayoría soñamos con ser el centro del mundo, con ser gente importante, con hacer algo para la posteridad. Ser presidentes, héroes de guerra, una persona a la que todos hagan caso, cualquier cosa. Conforme crecemos, nuestra orientación se específica, queremos ser estrellas de la música, actores, deportistas de élite, presidentes, héroes de guerra, una persona a la que todos hagan caso. Y creciendo más y más, nuestras miras se quedan en límites realistas pero cómodos: abogados, empresarios, políticos, médicos. Y ya no es lo que realmente queremos pero "Así es la vida" nos decimos a nosotros mismos. Y cuando la vida nos destina como mileuristas, basureros, dependientes, trabajos comunes con algún que otro ascenso, pensamos que "Así es la vida, injusta". Y pensamos que ojalá fuéramos el presidente, empresario o famoso adinerado que sale por la tele mientras lo vemos. Ya hemos olvidado que nosotros queríamos ser héroes, estrellas, o gente a la que hagan caso, porque todos sentimos que si nos hicieran caso a nosotros mismos muchas cosas irían mejor.
Pero la vida nos deja ahí, y nosotros simplemente cogemos lo que nos dan y damos lo que nos piden, aunque a veces ni eso. Y eso es todo, engordamos, nos quedamos calvos, criamos a unos hijos con la esperanza de que ellos puedan hacerlo mejor de lo que nosotros lo hicimos, pero en el fondo sabemos que esto no será posible.
(Fragmento de "Fight Club" película que recomiendo
a todo aquel que quiera reflexionar sobre el tema)
Porque creemos que el triunfo viene con el dinero, y que el dinero trae las cosas, que traen la felicidad y por qué no, los amigos. Pero en nuestro interior, solo somos gente que quiere que le hagan caso, que tiene algo que decir o hacer sobre algo, pero a la que el mundo ha obviado. Queremos un amigo como esos de las películas que te acompañan hasta el final de tu vida, y aún mejor, queremos ser un amigo así para alguien, aunque solo sea una persona. Hemos olvidado que las cosas son cosas, que la ropa y los collares son solo cosas que se ponen para cubrirnos del frío y enseñar los colores que más nos gusten, que la comida es solo para alimentarnos, que nuestro origen animal nos exige no solo deporte si no también aventura y lucha y que los defectos de nuestros amigos son solo defectos y que no nos importan tanto. Y como lo hemos olvidado, insultamos a nuestros propios amigos, no nos movemos del hipnótico televisor y comemos y nos vestimos como si intentáramos demostrar algo con eso.
Y todo eso para nada. Simplemente vivir sin ser conscientes de que vamos a morir.
Isidro muy buena la entrada, si es verdad que desde pequeños nos engañan y luego al ver la realidad nos cabreamos como dice la película hasta que llegamos a coger lo que nos dan y damos lo que nos piden como tu bien dices, muy buen ejemplo ese trailer de película, que la veo interesante y seguiré tu consejo de verla, al ver el corto que has puesto en la entrada la frase que más me ha gustado y que tu plasmas durante tu ensayo ha sido:
ResponderEliminarNUESTRA GUERRA ES NUESTRA PROPIA VIDA...
Un saludo!