Levantáos contra el Leviatán Pt. II

Quiero creer que no crees en lo que quieren que creas, y que por eso me estás leyendo, y ¿quién sabe?, quizás me creas.

Ya te explicado como funciona un Leviatán. Alimentándose de nosotros exigiéndonos nuestro poder individual sin preguntar si queremos dárselo y como nos mantiene quietos, haciéndonos creer que sin él, estamos perdidos, solos e indefensos ante el mundo.

Ahora, presta atención, te enseñaré como combatir al monstruo, que es la sociedad, el poder, el gobierno, el reparto de dinero, la educación, la televisión y las frases como "El capitalismo es cruel, pero es método más sostenible económicamente".

En el Leviatán, quiero que veais todo aquello que teméis de un gobierno. La represión, la superioridad, la imposibilidad de cambiarlo, el control, la manipulación de la información, todo. Todo aquello que deja a nuestro sistema como algo mejor que una verdadera dictadura, y que nos impide cuestionarnos si es peor que una verdadera democracia. Tan tirano es un sistema como monstruoso es el Leviatán.

El combate al monstruo no es sencillo, ya que el enfrentamiento directo implica el fracaso. De la misma forma que luchar tú solo contra el monstruo solo causaría tú muerte, luchar contra un gobierno solo causaría tu arresto. Debes quitarle su sustento, que como ya dijimos, es tú poder individual y el de tantos como puedas.

Ir a una manifestación, formar parte de una huelga, denunciar una injusticia, participar en una recogida de firmas, ser políticamente activo, usar tu poder cuando tengas la oportunidad o crear tu propia oportunidad. Si te quedas quieto, si no haces nada cuando se aprovechen de ti, simplemente se aprovecharán aún más. Él lo sabe, y lo hace cada vez que puede.

Ser "rebelde" es en realidad solo uno de los factores de actuación que hay que tener en cuenta, y de hecho ni siquiera debe de tenerse en cuenta si no se cometen razonables injusticias. Ser democrático en nuestra actitud y nuestras acciones es, en mi opinión, bastante más importante que ser revolucionario. Dejando que todos participen o hablen en un convenio, proponiendo medidas que nos benefician a todos y no solo a nosotros mismos. Escuchar nuevas ideas e interesarse por el bienestar común, eso nos hace iguales y evita que nos creamos mejores [o peores] que nadie y saca de nosotros lo mejor. Hablando ahora de sacar nuestra versión de nosotros, recomiendo dos cosas: ser culto y no ansiar ser los mejores. Creo que con una base adecuada de experiencias y conocimientos nos damos un mejor rendimiento, y nos conocemos mejor a nosotros mismos. Y si pido no ansiar ser los mejores, es porque sé que cuando alguien quiere ser el mejor, quiere que el resto sean peores, por eso pido que en lugar de intentar alzarnos sobre la media, intentemos impulsarla, que es lo mismo pero con una intención bien distinta.

Por último, pido bondad, que es con lo mejor que se llevan las situaciones difíciles. Pensando en actuar de forma honrada y solidaria [y dura si es necesario] cuando nos enfrentamos a algo como esta crisis, evita que nadie se quede atrás, que nadie se sienta solo o que nadie pierda la esperanza. La bondad parece un ideal anticuado o infantil, pero nos hará honrados en la misera, antes que egoistas en el mal-arreglo.

Llegamos al punto final, donde tú ya eres alguien dispuesto a combatir a la bestia y a incitar a otros a que lo hagan de forma razonable. Ahora has llegado a un cruce de caminos, tienes que elegir.

¿Matar...

o reconstruir al Leviatán?

Matarlo implica la anarquía, implica que todo el mundo se acoja a unas normas religiosamente si queremos ver florecer una sociedad ilustrada y segura. Si no las luchas y las mafias se apoderarán del lugar. Puede funcionar, pero ¿estamos preparados? Deberemos bastarnos con nuestra propia vigilancia, lo que puede funcionar, repito. Aunque en mi opinión no es el mejor camino.

Reconstruirlo implica vigilarlo, quitarle su poder y ponerlo a nuestro servicio, no al revés. El monstruo puede convertirse de bestia a fiel animal de compañía. Si mantenemos unos policías que mantengan el orden cuando se comete un crimen, unos dirigentes que nos representen de cara al interior y administren las leyes que nosotros mismos votaríamos (con ayuda de Internet). Esta resolución implica buscar medios para evitar volver a la situación anterior, como un control estricto ante la corrupción o el abuso más mínimo de poder. Un buen gobernador sabe que no gobierna al pueblo sino para el pueblo.

Para acabar, esta la opción de la nada. La opción en la que cierras mi blog (con o sin pensar lo que yo pienso) y te vas a acostar, con tus amigos, ves una película, miras tus redes sociales y mañana o puede que pasado mañana ya por fin hayas logrado sacar la inquietante idea de tu cabeza de que este sistema tiene algo erróneo (¡Dios santo! Qué tonterías son esas de que yo sólito voy a poder cambiar el sistema político de mi país. Como no sea con un Golpe de Estado) Tranquilo, puedes quedarte quieto y dejar que hagan contigo lo que quieran. Total, tampoco es que esto sea una dictadura. De hecho, YO vivo bien, y eso es lo que A MÍ me importa. El resto pueden pasar hambre y vivir en la calle mientras yo pueda comer caliente y dormir bajo un techo. Esta es la opción en la que otros toman los cambios, en general a mejor y muy lentamente en los buenos tiempos y a peor y muy rápidamente en los malos tiempos, y como suele haber más buenos tiempos que malos, digo yo que la cosa irá bien. Además, esas decisiones no me corresponden a mí, que solo soy Don-nadie más... Esta opción implica renunciar a tu estatus de ciudadano y pasar de "tipo que quiere vivir" a "tipo que quiere sobrevivir". Esta opción implica que la lucha de otros sea en vano, y que el Leviatán y sus largas fauces ganan la partida.

¿Vas a permitirlo, con lo fácil que es plantar cara y tener algo de lo que sentirte orgulloso?...

Eso espero.

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